Una tribu que tambalea también aprende

Por Giannira Giunti

Era la semana 3 del año, y la Tribu batallaba con Distraction, Resistance y Victimhood, los tres monstruos que tode héroe enfrenta en su ruta. Muchos Pumas pasaban más tiempo en Comfort Zone (el área donde pueden jugar con libertad) que en Flow Zone (el área donde pueden avanzar sus metas y trabajar enfocadamente).

Entonces, acordaron que el tiempo en el Comfort Zone sería un privilegio que ganarían aquellos equipos de Pumas que se mantengan enfocades en su ruta de aprendizaje y logren sus metas de la semana. Esto lo monitorearían en la publicación semanal de sus metas: "¿Qué haré esta semana?". Quienes no ganen este privilegio, podían tomarse 15 minutos para comer su snack y volver a trabajar. Al final de esa semana, ningún equipo había ganado el privilegio.

Llegó el lunes, y la Tribu bajó al Comfort Zone, como de costumbre, para tomar el snack de media mañana. Sería el primer día que nadie podía quedarse a jugar luego del snack. Ese día, algo diferente sucedió: la Tribu tambaleó. Todos los Pumas se quedaron veinticinco minutos en el  Comfort Zone.

Como Guía, me puse en modo espejo, reflejando la situación. En un launch, les comenté lo que había observado. Surgieron diversas reacciones: "¡Ay no!", "¿Y ahora qué hacemos?", "Es que la cola es muy larga y nos demoramos en tomar el snack", "Pero igual debe haber consecuencias". Fue entonces cuando abrimos el espacio para el diálogo: “¿Qué pueden hacer para que la cola no demore tanto?”, “¿Quince minutos son realmente suficientes para comer un snack?”, “¿Por qué creen que no les alcanzó el tiempo?”, “¿Qué pasaría si la Tribu empieza a romper sus acuerdos?, ¿cómo se vería en el futuro: fuerte o débil?”, “¿Qué consecuencias creen que deben asumir por romper el acuerdo?”

Las preguntas dieron pie a nuevos acuerdos: “Debería haber dos filas para el snack, así avanzamos más rápido”. “El punto es bajar a comer, no distraernos mucho jugando”, “Hay que restarle una Hero Coin a toda la Tribu, pues todos somos responsables de quedarnos aquí”. 

Ese lunes, los Pumas tomaron la decisión de asumir sus consecuencias y de acordar soluciones para que no vuelva a suceder. Dos Pumas se ofrecieron voluntariamente para registrar las Heros Coins que se restaría a la Tribu.

Esta situación nos recuerda que cuando permitimos que los Pumas fallen podemos sorprendernos con sus capacidades de resolución de conflictos, negociación y reflexión acerca de dilemas morales. Fallar también significa una oportunidad para asumir consecuencias, replantearse acuerdos y crear un sentido de compromiso. 

Si como comunidad hiciéramos lo que los Pumas valientemente intentan hacer día a día, ¿cómo se vería nuestra sociedad? ¿Cómo se vería nuestro país?