Tres preguntas de Sofía

Por Julio Príncipe, papá Discovery

¡Comienza Tinkuy! Muchas rutinas regresan a nuestras vidas y los tres, Moni, Sofi y yo estamos felices. La más feliz, por supuesto, Sofía. Vuelve a su espacio tan cuidado en el que crea cotidianamente una Tribu entusiasta y feliz (ojo: feliz no significa “cuentos de hadas”, feliz significa que son capaces de soñar, afrontar desafíos y salir victorioses y con aprendizajes que celebrarán, más allá del resultado).

Experimentar esa autonomía, esa curiosidad, esa alegría, esa empatía, esa valentía por decidir cada día lo que conviene para avanzar, es parte de estar en Tinkuy. Y también es parte de estar en Tinkuy, eso que tiene toda buena Tribu, límites fuertes. En esos límites de cada Studio, las familias, los adultos, estamos bastante por fuera. Nuestra forma de pertenecer es no perteneciendo, sino acompañando y creando espacios en casa para fomentar el aprendizaje autónomo.

Y un reflejo de esa autonomía (una experiencia que compartimos las familias, en general) es que los Pumas tienden a ser reservades sobre lo que hacen en el día. No porque sea secreto sino porque es de ellos y así lo cuidan y sobre eso rinden cuentas.Era común, por ello, encontrarnos muchas veces en conversaciones del tipo: 

- ¿Y qué hiciste en el día?

- (…….) 

- Y ¿cómo te fue? 

- Bien….

- Ahhhhhh…. Qué bueno….

- (….)

Sabiendo esto, uno de los hábitos que volverán en nuestra familia en unos días será caminar con Sofi de ida y de vuelta, conversando sobre el día, pero de una manera especial que fuimos descubriendo en el camino. 

La rutina de la caminata y las tres preguntas

Me gustaría compartir contigo ahora algo de nuestra rutina; no porque sea una receta ni mucho menos “la forma correcta”, sino porque es algo que nos gusta y nos ha sido útil en más de una ocasión.

Al ir, solemos compartir “¿qué cosas bonitas crees que vas a vivir hoy?” y cada uno va contando lo que imagina (no “lo que desea”, sino lo que imagina), basándose en el plan del día (ej: “me voy a divertir en Tae Kwon Do”, en el caso de Sofía o “voy a tener una linda reunión con mi cliente”, en mi caso). Esto va preparando el espíritu del día.

Al regreso (a veces no es posible y lo hacemos al final del día), compartimos:

1) ¿Qué es lo que más me gustó del día? ¿Qué disfruté?

Esta pregunta nos permite compartir nuestras alegrías, donde sentimos que “brillamos más” durante el día, pueden ser conversaciones, momentos, risas… lo que sea. Para nosotres como papá y mamá, nos regala no sólo la oportunidad de reflexionar y compartir sino también observar en el tiempo eso que viene disfrutando Sofía, de qué nos habla (y de qué no).

2) ¿Qué me sorprendió? ¿Qué fue diferente a lo que esperaba? ¿Qué aprendí?

Este es el espacio en que podemos hablar de lo que nos generó algún fastidio, confusión o disgusto, pero enmarcado como “sorpresa” y como aprendizaje; muchas veces salen sorpresas bonitas ¡a no perderlas de vista!

3) De lo que viví el día de hoy, ¿qué me gustaría que ocurra más a menudo?

Finalmente, tenemos aquí la oportunidad de imaginar nuestra semana, nuestra vida, con más de esto que hemos disfrutado y aprendido (ej: “bailar con mis amigas”, “comer tan rico lo que nos prepara La Revolución”, “lograr mantenerme enfocada más tiempo…”).

No es un interrogatorio ni una receta, sino una forma de conversación que nos ha sido útil y disfrutamos en casa. Por otro lado, creo que es una forma de conversación que tiene una buena resonancia con el espíritu que respiran en Tinkuy, porque:

  • Es respetuosa de la autonomía del Puma (Sofi nos contará si quiere o no, lo que quiera)

  • Es conectada con recursos y posibilidades (si bien es cierto puede haber momentos difíciles en el día, al encuadrarlo en “qué me sorprendió”, es posible conversarlos desde otro lugar).

  • Permite conectar como familia con “lo esencial” para el proceso de nuestres hijes, con aquello que es valioso, por cualquier razón, ahora y a lo largo del tiempo.

Y, como digo, Sofi no siempre contesta algo concreto o no siempre podemos tener la conversación. Pero mi apuesta es que esta conversación ocurra “dentro” de mi hija. Y me ha enseñado también a mirarme de una forma más compasiva y de curiosidad, ¿qué quiero que ocurra más a menudo en mi vida y la de mi familia?