Esta semana hemos seguido trabajando como programadores. El Studio Discovery continuó con su aprendizaje del mundo de la codificación, avanzando y complejizando sus retos. Conceptos como loops y condicionales han empezado a comprenderse y utilizarse en sus códigos. Y los héroes Explorer no se quedaron atrás pues, a través de los Mini Quests, experimentaron cómo es ser programado como un robot y cómo este realiza las acciones programadas, idealmente, “al pie de la letra”. Además de los conceptos de algoritmos y loops, el concepto de error es uno que los ha cautivado.
Mientras tanto, Lima avanza con su proyecto “Lima Verde” y esta semana los primeros brotes vieron la luz. Absoluto entusiasmo y felicidad no sólo de Lima, sino de sus jóvenes aprendices, los Explorer, que también han sembrado sus semillitas en jarritos de vidrio con agua y algodón.
Por su parte, los escritores Discovery siguen avanzando en sus memorias, produciendo esta semana una de las más emotivas hasta el momento: Un lugar que amo. Luego de leer un texto inspirador, sus memorias se llenaron de emotividad y los conectaron con sus vivencias, brindándoles la oportunidad de conocerse más a través de estos textos.
También tuvieron su primera discusión socrática dirigida por un estudiante, y se embarcaron, ni más ni menos, en un gran dilema ético: Preservar tu vida y la de tus seres queridos vs. la vida de las demás personas. Fue una discusión interesante y apasionada, con buenos argumentos para ambas posturas y cambios de postura ante la dirección de, Jorge, el moderador socrático. ¡Todo un logro!
Con respecto a la convivencia, han ido generando sus propias estrategias para cumplir las normas y que éstas sean más eficientes. Lima tuvo una idea para que sea más fácil saber a quién le toca supervisar la limpieza luego del snack: el que trae el snack del día, es el encargado de la supervisión. Simple y genial.
En el Studio Explorer ha sido una de reacomodos e intensas discusiones. Han recordado y extrañado mucho a Agustín, muy conscientes de que ha partido a un nuevo país. También han tenido discusiones sobre cómo repartir los módulos, pues algunas niñas reclaman que los niños “se agarran todos los módulos” y entre todos van buscando alternativas. Otra discusión interesante que surgió fue sobre el color rosado, y los Explorer, en particular los niños, decidieron que “el color rosado era bonito” y que los hombres podían usarlo también. Amadeo contó que tenía un polo de ese color y todos concluyeron que “le quedaba muy bien”. Además, las guías les contaron la historia de “Paquita y Juanita” en la que Paquita tenía que hacer todo lo que decía Juanita si quería ser su amiga. Los Explorer reflexionaron si en verdad eso significaba ser amigas. Y así, entre reacomodos grupales y afectivos y discusiones necesarias, los héroes Explorer siguen creciendo.