Semana 37

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¡Se terminó el año! 

Esta última semana estuvo caracterizada por la inquietud y el nerviosismo. Los chicos no necesariamente lo expresaban con palabras, pero se podía ver en que el nivel de distracción y juegos aumentó.

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Ya que la semana pasada terminaron con su Badge de Civilization, esta semana aprovecharon esos horarios para hacer algo que han querido hacer más este año: ¡Atelier! Pudieron terminar lo que empezaron la semana pasada. Tuvieron dos sesiones entre lunes y martes para hacer un autorretrato: tomaron una foto suya y la imprimieron y se pusieron manos a la obra. Un gran espacio en el que se permitió a la creatividad fluir libremente y que los chicos disfrutaron bastante. Sin duda para el próximo año haremos lo posible por integrar más de estos espacios a su día a día. 

El miércoles trabajaron con normalidad Core Skills durante la mañana, pero a partir del mediodía se quedaron trabajando sin su guía, bajo el cuidado de Giarelli. Si bien pudieron haber aprovechado mejor el tiempo (la última semana de clases los tenía particularmente inquietos), sí se pusieron a terminar con los últimos retoques de su Workshop y a avanzar con entusiasmo sus preparativos para la Exhibition. 

El jueves, día de la Exhibition, nuevamente tuvieron el reto de trabajar y enfocarse en la ausencia de su guía. Si bien se pusieron a trabajar y alistar algunos últimos detalles para su última Exhibition del año, parece ser que les faltó planificar y organizarse un poco más. Esto deja en evidencia un punto importante a trabajar con fuerza el próximo año: la autorregulación y el trabajo autónomo. 

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Por último, ¡llegó el Campamento! Los Discovery (que pudieron asistir) fueron con mucho entusiasmo y no podían esperar a llegar. Había muchos sentimientos encontrados: emoción por la expectativa de la aventura y el estar de lejos de sus papás y al mismo tiempo ansiedad y algo de temor. Algunos tenían más espíritu aventurero que otros, así como algunos eran más colaboradores y tenían más interiorizado el teamwork. Sin embargo, las ansiedades empezaron a dispararse cuando llegó la noche: algunos llantos tranquilos que se calmaron con una llamada de los padres y otros más desconsolados que requirieron más paciencia. Con todo, reniegos y golpes (ninguno grave) aparte, los chicos la pasaron muy bien, salieron de su zona de confort y compartieron una experiencia diferente. Un éxito. 

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Les agradecemos a todos y todas por un gran año y los esperamos con los brazos abiertos para el siguiente. ¡Feliz año!